Cosmética slow zero waste

Ya no basta con que la cosmética sea ecológica ahora también se le exige que no deje residuos. La cosmética slow consiste en consumir belleza pero con conciencia. Es decir, saber elegir marcas sostenibles que aboguen por packagings y productos que no dejen residuos en el planeta. Esta filosofía de vida minimalista se inclina hacia marcas más naturales, ecológicas y éticas, basadas en el cultivo ecológico, la defensa de animales y el medio ambiente, con  etiquetas sencillas que evite confusiones, que no caigan en el marketing engañoso y que tengan un bajo un precio. Es también una forma de democratizar el acceso a productos de residuo cero de alta calidad y aportar su granito de arena a la conservación mediambiental.

Dos apasionados surfistas y buceadores, estaban acostumbrados a ver la cantidad de residuos que había en el marca. Al fundar su marca de cosmética WaiWai decidieron que fuera “cero residuos”. No es fácil hacer cosmética sin conservantes  o  colorantes artificiales y mucho menos sin plásticos.  Aunque ahora hay plásticos elaborados con  almidón de patata y maíz, que no tardan cientos de años en degradarse, sino solo unos meses, el coste resulta mayor. La solución que encontraron fue realizar sus productos en formato sólido y envuelta en papel reciclado.  El denominado papel kraft, que se procesa con menos energía, no contiene químicos blanqueantes y es 100% biodegradable. “Todos nos merecemos lo mejor y no deberíamos pagar de más por ello”.

El champú solido, por ejemplo, es una mezcla de aceite de argán con un delicado aroma de camomila y un punto cítrico de limón, sin sulfatos, ni parabenos, protege el cuero cabelludo y no deja residuos. 6€